Investigadores iniciaron un proyecto que busca crear prácticas agrícolas amigables con la biodiversidad.
En el Perú, regiones como Ucayali albergan bosques tropicales de una riqueza biológica invaluable. Allí no solo se conservan ecosistemas amazónicos esenciales para la regulación climática global, sino que también se desarrollan actividades productivas como el cultivo de cacao, un producto con gran valor económico y cultural. El desafío, entonces, no se limita a preservar lo que ya existe, sino a encontrar un equilibrio que permita integrar la protección de la biodiversidad con prácticas agrícolas sostenibles, capaces de garantizar medios de vida dignos para las comunidades locales.
Es en este contexto donde ciencia, tecnología y agricultura regenerativa comienzan a articularse como aliados estratégicos. La mirada está puesta en un objetivo común: producir sin destruir, generar ingresos sin poner en riesgo los bosques, y demostrar que es posible un modelo agrícola que conserve y restaure.
¿Qué aporta la ciencia?
En Ucayali, la Universidad Científica del Sur participa en el proyecto europeo BioMonitor4CAP, una iniciativa que busca monitorear la biodiversidad en paisajes productivos como los cacaotales, entendidos no solo como áreas de cultivo, sino como ecosistemas interconectados.
Para ello se emplean tecnologías de vanguardia que permiten observar lo que a simple vista sería imposible:
Sensores acústicos, que captan los sonidos de aves, insectos o mamíferos, revelando su presencia incluso en ausencia de observación directa.
Cámaras trampa, que registran imágenes de especies de fauna en su ambiente natural.
ADN ambiental, una técnica que analiza restos genéticos presentes en el agua o el suelo para identificar qué especies habitan o transitan en el área.
Teledetección satelital, que ofrece una visión amplia de los cambios en el paisaje, como la pérdida o regeneración de cobertura forestal.
Inteligencia artificial, que permite procesar grandes volúmenes de datos para reconocer patrones y generar información útil para la toma de decisiones.
El uso combinado de estas herramientas ofrece un panorama integral sobre cómo la biodiversidad responde a los sistemas agrícolas y, al mismo tiempo, abre la puerta a diseñar prácticas más sostenibles basadas en evidencia científica.
ARC: cacao regenerativo que conserva y restaura
En paralelo, el proyecto Agroecological Regenerative Cocoa (ARC), liderado por la Alianza Bioversity-CIAT, impulsa sistemas agroforestales regenerativos. Su enfoque busca restaurar suelos degradados, conservar la biodiversidad y fortalecer medios de vida sostenibles para las familias agricultoras.
Los sistemas agroforestales no solo producen cacao, sino que lo hacen en convivencia con árboles nativos, aves, insectos polinizadores y servicios ecosistémicos fundamentales como la regulación hídrica o la captura de carbono. Así, cada parcela se convierte en un espacio de producción y, al mismo tiempo, en un refugio de biodiversidad.
La colaboración entre ARC y BioMonitor4CAP permite tender puentes entre la ciencia de frontera, la innovación tecnológica y los saberes locales de las comunidades, construyendo soluciones adaptadas al contexto amazónico.
Pensar más allá de la parcela: la mirada del paisaje
Uno de los aportes más valiosos de estos proyectos es que no se enfocan únicamente en el cultivo, sino en el paisaje completo. Esto significa analizar la heterogeneidad del territorio: los diferentes usos del suelo, la cobertura boscosa y la coexistencia de diversos hábitats.
¿Por qué es tan importante? Porque los paisajes más diversos son también los más resilientes. Son capaces de albergar una mayor riqueza de especies y de mantener funciones ecológicas esenciales, como la polinización o el control natural de plagas, que a su vez sostienen la productividad agrícola y la salud de los ecosistemas.
Monitoreo avanzado = decisiones basadas en evidencia
El monitoreo de la biodiversidad con tecnologías avanzadas permite detectar cambios de manera temprana y comprender cómo los sistemas agrícolas impactan la naturaleza. Esta información es crucial para orientar políticas públicas, diseñar incentivos adecuados y promover prácticas de manejo que conserven mientras se produce.
En otras palabras, el conocimiento generado en proyectos como BioMonitor4CAP y ARC no se queda en los laboratorios o en los informes técnicos: se traduce en insumos concretos para agricultores, tomadores de decisiones y comunidades, ayudando a construir modelos más justos y sostenibles.
Alianzas para transformar
El camino hacia una agricultura verdaderamente sostenible no puede recorrerse en solitario. La experiencia muestra que ningún cambio estructural es posible sin alianzas sólidas entre universidades, proyectos de investigación, organizaciones internacionales y comunidades locales.
La colaboración entre actores diversos no solo multiplica el impacto, sino que asegura que los beneficios lleguen a quienes más los necesitan: las familias agricultoras que dependen de la tierra y los bosques para su sustento.
Como señala Sandra Duarte, ingeniera ambiental e investigadora titular de la Universidad Científica del Sur:
“Ningún cambio estructural es posible sin alianzas sólidas. La colaboración entre los distintos actores y proyectos de investigación es clave para generar impactos sostenibles y transformadores. Hoy más que nunca, los bosques necesitan de esfuerzos colectivos y coordinados para garantizar su conservación y el bienestar de quienes dependen de ellos”.
La Amazonía peruana, con su cacao y su biodiversidad, se convierte así en un laboratorio vivo donde la ciencia, la tecnología y el conocimiento local demuestran que producir y conservar no son caminos opuestos, sino partes de la misma ruta hacia un futuro más justo y sostenible.