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El multitasking: ¿Una habilidad o un mal hábito?

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Realizar muchas tareas a la vez es actualmente una capacidad deseable para muchas personas. Pero, ¿es esta práctica realmente beneficiosa para nuestro cerebro?

En un mundo que valora la productividad constante, el concepto de “multitasking” se ha convertido en la habilidad deseada por muchos. Suena atractivo el poder responder mensajes o correos electrónicos mientras se atiende a una reunión, y se completan otros pendientes al mismo tiempo. Sin embargo, esta práctica puede ser más contraproducente en nuestro día a día de lo que creemos.

De acuerdo con el Dr. Tomás Caycho, psicólogo e investigador titular de la Universidad Científica del Sur, el cerebro tiene dificultades para poder realizar diferentes tareas en simultáneo. Esto hace que el multitasking genere una serie de riesgos como lentitud en el trabajo, un mayor número de errores, y más estrés, debido al aumento de cortisol y adrenalina. Esto, a su vez, genera una disminución considerable de la energía cerebral, como de la concentración.

“Estudios realizados indicaron que el multitasking puede reducir la productividad en hasta un 40% debido principalmente a bloqueos mentales. La alternancia entre tareas aumenta el tiempo necesario para completarlas y disminuye la calidad del trabajo realizado”, explica el Dr. Caycho.

Esta conducta también se relaciona con alteraciones en el campo emocional. Se presume que las personas que utilizan muchos medios de comunicación a la vez tienen un volumen cerebral menor en la corteza cingulada, un área que regula las emociones y el comportamiento. De igual forma, se ha asociado con síntomas de depresión y ansiedad.

Además, al elevar los niveles de estrés, la multitarea aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca. A largo plazo, este incremento puede tener efectos permanentes en el cerebro, como un mayor riesgo de enfermedad cerebrovascular y de deterioro cognitivo.

¿Qué es el “switching cost” y qué efectos tiene en nuestro desempeño?

El costo de cambio o “switching cost” se refiere al tiempo que el cerebro requiere para pasar de una tarea a otra. Esta desconexión involucra diferentes mecanismos complejos que actúan para tomar la decisión de cuándo prestar atención a otra actividad. Esta necesidad se da en base a señales contextuales, y la evaluación de recompensas y costos.

“Los costos de cambio pueden ser relativamente bajos, a veces de tan solo unas décimas de segundo al cambiar una actividad por otra, pero pueden acumularse cuando las personas cambian repetidamente de tarea. En este sentido, la multitarea puede parecer eficiente, pero en realidad puede necesitar más tiempo y generar más errores”, menciona el especialista.

¿Cómo afecta el multitasking a la memoria?

Al estar rodeados de diferentes estímulos, el cerebro se concentra tanto en información relevante como irrelevante para las tareas. Este espacio que ocupa el contenido innecesario disminuye el rendimiento de la memoria de trabajo, y de la memoria a largo plazo.

Para el Dr. Tomás Caycho, esto genera una menor capacidad de recurrir al pasado, ya sea muy reciente o más remoto, para poder desarrollar una actividad en el presente.

La adicción a las redes sociales afecta gravemente la salud mental

La híperconectividad a la que estamos sujetos frecuentemente es otro factor con un gran impacto en la salud mental, sobre todo en los más jóvenes. El investigador señala que diversos estudios han demostrado cómo un tiempo excesivo en redes sociales se relaciona con una menor capacidad

de atención y rendimiento, además de empeorar el bienestar psicológico y general de las personas, tornándolas más impulsivas.

Realizar una tarea a la vez mejora el rendimiento

Según describe el investigador, concentrarse en una sola tarea reduce el estrés, la carga mental y permite un mayor enfoque y mejores decisiones, debido a la menor presión. Cuando prestamos atención a una sola acción de manera sostenida, fortalecemos las conexiones neuronales del cerebro, y optimizamos el aprendizaje.

El psicólogo recomienda que, para poder romper con el hábito del multitasking, podemos elegir dos prioridades diarias entre los pendientes a realizar, y reservar un tiempo específico para las mismas.

Igualmente, trabajar en base a intervalos de tiempo puede ser eficaz sobre todo para aquellas personas con dificultades para concentrarse. Esto hará que nuestro cerebro sepa cuándo trabajar y cuándo descansar.

Estas prácticas deben darse en un ambiente libre de distracciones, tales como el celular, las redes sociales u otros estímulos. “Cuando nos distraemos y queremos regresar a una tarea, necesitamos más tiempo y energía cerebral para nuevamente concentrarnos. Esto conlleva a que la tarea se termine en un tiempo mayor al estimado inicialmente”, indica Tomás Caycho.

Finalmente, realizar otro tipo de actividades, como realizar ejercicio, socializar, o meditar diariamente puede ayudar a fortalecer nuestra capacidad de enfoque en nuestro trabajo.

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