En los últimos años se ha popularizado el uso de la melatonina como una cura para el mal de sueño. Sin embargo, la automedicación de esta hormona sin supervisión médica puede traer efectos secundarios que desconoce la mayoría de los consumidores.
Algunos de los efectos adversos más comunes son somnolencia diurna, pesadillas, náuseas, mareos, irritabilidad o incluso convulsiones. Para conoer más sobre este tema consultamos con el médico neurólogo de la Universidad Científica del Sur, Carlos Alva.
¿Cómo actúa la melatonina?
La melatonina es una hormona natural producida principalmente por la glándula pineal en el cerebro. Su función principal es regular el ciclo sueño-vigilia, y se libera como respuesta a la oscuridad.
Actúa en la regulación de funciones como la presión arterial, la secreción de insulina, el metabolismo y la respuesta al estrés.
¿Cuándo se recomienda su uso?
Se indica en situaciones específicas de trastorno del sueño, como insomnio por desfase horario, trabajos nocturnos o trastorno del ritmo circadiano. También puede ser recetados en niños con TDAH o autismo, bajo supervisión médica. El uso debe ser durante un periodo de tiempo corto y controlado.
Riesgos de su uso y quienes deben evitarlo
La interacción de la melatonina con otras hormonas como la insulina, el cortisol o las hormonas sexuales prueba su influencia en múltiples procesos fisiológicos del ser humano. Por lo que, el desequilibrio en su uso no supervisado puede traer consecuencias en todas estas funciones.
El uso de esta hormona debe ser usado con especial cuidado por niños menores de 2 años, mujeres embarazadas, pacientes con epilepsia o migraña, personas con enfermedades autoinmunes o que consumen anticoagulantes.
“La melatonina sintética puede ser segura si se administra correctamente, aunque existen riesgos si no se realiza una supervisión médica”, afirmó Carlos Alva, médico neurólogo e investigador titular de la Universidad Científica del Sur.