Notas

¿Qué consideraciones debo tener al manipular el pollo en la cocina?

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La seguridad alimentaria es clave en la prevención de enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA), que afectan a millones de personas cada año en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de 600 millones de personas enferman anualmente por consumir alimentos contaminados, lo que se traduce en 1 de cada 10 personas. De estas, aproximadamente 420,000 mueren, incluidas 125,000 niñas y niños menores de cinco años.

El pollo, como fuente común de proteína animal, es uno de los alimentos con mayor riesgo de contaminación por bacterias como Salmonella, Campylobacter y Escherichia coli, que pueden causar desde síntomas leves como diarrea hasta enfermedades graves e incluso la muerte en los casos más severos. Por este motivo, es crucial adoptar prácticas seguras al manipularlo y cocinarlo para reducir el riesgo de infecciones.

En Científica Divulga, conversamos con Connie Gallardo, médico veterinaria e investigadora de Científica, quien nos brindó recomendaciones para manipular el pollo de manera segura en casa.

¿Es recomendable lavar el pollo antes de cocinarlo?

«Pese a que es una práctica común, lavar el pollo antes de cocinarlo no es recomendable. Al lavar el pollo, se corre el riesgo de que las bacterias que puedan estar en su superficie se esparzan a través de las salpicaduras de agua, contaminando el fregadero, la ropa y otras superficies cercanas», alerta Connie Gallardo.

La especialista señala que la única forma de eliminar las bacterias es hirviendo el pollo a una temperatura adecuada. «La cocción adecuada a una temperatura de entre 70 y 74 grados Celsius es la única forma efectiva de eliminar bacterias dañinas presentes en el pollo crudo​», precisa. 

¿Qué hacer si no puedes dejar de lavar el pollo?

Gallardo Vela comenta que, si por costumbre o preferencia, se decide seguir lavando el pollo, es esencial tomar ciertas medidas para minimizar el riesgo de contaminación cruzada. Estas incluyen:

  • Utilizar guantes para evitar el contacto directo con el pollo.
  • Mantener el grifo con el flujo mínimo para evitar salpicaduras.
  • Limpiar y desinfectar el fregadero y todas las superficies cercanas con agua caliente y jabón después de lavar el pollo​

Manipulación segura del pollo crudo

Un punto clave para evitar problemas de salud es mantener la cadena de frío del pollo. «Esto implica almacenar el pollo en el congelador o refrigerador a temperaturas adecuadas y evitar que entre en contacto con otros alimentos crudos, especialmente frutas y verduras», explica la especialista.

Además, se recomienda no usar los mismos utensilios para diferentes tipos de alimentos sin antes lavarlos adecuadamente.​

¿El pollo pierde su sabor al ser descongelado?

Pese a la creencia popular, el pollo no pierde su sabor tras ser congelado. «La variación en el sabor es más una percepción que una realidad», señala Gallardo. Sin embargo, descongelar y volver a congelar el pollo sí puede tener repercusiones mayores.

«El proceso de congelar y descongelar en varias oportunidades puede afectar la calidad microbiológica del alimento, por lo que se recomienda descongelar solo la cantidad que se va a utilizar en el momento​», advierte la médico veterinaria.

¿Cuánto tiempo puede permanecer congelado el pollo?

En cuanto a la duración de la congelación, la experta señala que si el pollo se almacena entero, puede conservarse hasta un año en el congelador, mientras que las piezas individuales pueden guardarse hasta nueve meses. Sin embargo, lo ideal es consumir el pollo en un plazo de tres meses para asegurar su frescura y calidad​.

¿Y después de cocido?

Sabemos que existe la costumbre del recalentado después de cocinar alguna comida. Para estos casos, la especialista señala que el tiempo de permanencia en refrigeración no puede ser excesivo.

«El pollo cocido debe almacenarse en un recipiente hermético en el refrigerador y consumirse en un máximo de tres días. Si decides congelar el pollo cocido, asegúrate de consumirlo en un plazo de una semana​», señala.

«Es esencial adoptar prácticas de manipulación seguras para prevenir enfermedades alimentarias. Debemos considerar que la seguridad alimentaria no solo asegura que se disfrute de alimentos frescos y sabrosos, sino que también protege la salud», finaliza. 

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