Estudios sitúan los probables orígenes de esta enfermedad en una cultura preincaica
El lupus es descrito como una enfermedad sistémica autoinmune crónica, caracterizada por diversas manifestaciones clínicas que afectan a múltiples órganos y sistemas.
La primera mención de esta enfermedad en la literatura la realizó Hebernus, arzobispo de Tours, en su escrito “Los milagros de San Martín”, publicado en el año 855 d.C., para hacer mención a una “enfermedad severa”.
El término «lupus» (latín para «lobo») se usó durante el período medieval para referirse a enfermedades cutáneas cuyas lesiones recordaban a un lobo royendo o «devorando carne».
Pese a esto, se cree que fue Hipócrates el primero en describir el compromiso cutáneo del lupus, llamándolo herpes esthiomenos, que implicaba una erupción progresiva y corrosiva.
Una momia peruana es el posible registro más antiguo de lupus
En el libro “Lupus eritematoso y síndromes relacionados”, Manuel Ugarte y Víctor Pimentel, investigadores de la Universidad Científica del Sur, mencionan el hallazgo de una momia de 14 años de la cultura Huari, que data del año 890 d.C. que presentaba condiciones que sugerían la presencia de esta enfermedad.
Entre estos, se evidenció que la momia tenía el pelo corto con parches de calvicie y la piel gruesa. Además, presentaba pleuritis y pericarditis, así como cilindros celulares y material fibrinoide en los vasos sanguíneos de los riñones.
De una enfermedad dermatológica a un mal sistémico
Hasta el siglo XIX, se creía que el lupus era una enfermedad dermatológica. Sin embargo, fue a finales de este que se comenzó a averiguar más acerca del daño a diferentes órganos causado por la enfermedad.
En 1872, el Dr. Moritz Kaposi propuso el término lupus erythematosus el cual podía acompañarse de cambios patológicos más severos, como lesiones subcutáneas profundas, y asociarse con síntomas constitucionales graves e incluso peligrosos, pudiendo resultar en la muerte.
Recién en la segunda mitad del siglo XX se descubrieron los anticuerpos asociados con la enfermedad, así como los medicamentos que ayudaron a hacer un diagnóstico más temprano y mejorar la sobrevida de los pacientes, y se dejaron de usar diversos nombres para referirse a esta enfermedad.
De acuerdo con el investigador Manuel Ugarte, “el lupus es una enfermedad autoinmune sistémica, que puede afectar prácticamente cualquier órgano, pero, con las estrategias actuales de tratamiento es posible controlarlos mejorando la sobrevida, reduciendo las complicaciones y mejorando la calidad de vida”.