¿Qué hace que alguien elija la ciencia como su camino? A veces es la curiosidad innata, otras veces un libro, una película o incluso un momento. En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, conversamos con cinco investigadoras de la Universidad Científica del Sur para descubrir qué fue lo que las llevó a enamorarse de la ciencia.
Conoce cuáles fueron sus respuestas:
“De pequeña disfrutaba de las clases de ciencias, me parecía alucinante descubrir cómo respiraban los arboles o cómo los alimentos te aportan energía. Creo que ahí despertó mi vocación, al escuchar que me explicaran el mundo".
“Cuando era niña arreglaba el jardín de casa con mi abuelito, me gustaba mucho. Luego el me llevó a un jardín más grande: era la selva con su inmensidad de plantas y animales. Allí nació mi anhelo de ser bióloga".
“Desde pequeña, la ciencia capturó mi curiosidad: primero, cuando vi por primera vez un microscopio, el cual me mostró un mundo invisible, y luego con un documental sobre genética que encendió mi pasión por investigar enfermedades y contribuir en la búsqueda de curas. Hoy, me dedico a la investigación en cáncer, explorando compuestos de plantas medicinales y cómo estos pueden impactar a nivel molecular en las células de cáncer y aportar en el descubrimiento de compuestos con potencial anticancerígeno.".
“De niña pasaba cada verano en la playa, en La Herradura. Muy posiblemente ahí conecté con mi principal área de trabajo: el mar, las plantas y los animales. Allí nació mi anhelo de ser bióloga”.
"Cuando tenía 11 años aproximadamente, vi en las noticias que unos investigadores habían logrado reproducir in vitro una especie animal (perro mapache), eso me impresionó y en ese momento decidí que quería ser investigadora y hacer ese tipo de cosas. En la actualidad me dedico a investigar e implementar biotecnologías reproductivas en alpacas"
Cada una de estas pequeñas historias nos recuerda que la ciencia no es solo teoría y laboratorios, sino también pasión y momentos decisivos. Y quién sabe, tal vez sus experiencias inspiren a más niñas y jóvenes a seguir sus pasos. Después de todo, el futuro de la ciencia necesita de más voces y mentes curiosas.