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Áreas reservadas de Perú deben ampliarse para proteger por completo a la megafauna marina, revela estudio

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Especies clave de la megafauna marina peruana en riesgo
En el contexto peruano, el estudio destaca la importancia de la zona de afloramiento frente a la costa, identificada como un corredor clave para ballenas, tortugas marinas y aves migratorias. Foto: Composición

Investigación destaca la importancia de proteger un área usada por mega vertebrados, principalmente en la zona de afloramiento de la costa peruana.

En un contexto de creciente preocupación por la pérdida de biodiversidad marina y la necesidad de cumplir los compromisos internacionales de conservación, un estudio global sin precedentes ha permitido, por primera vez, mapear de manera integral los movimientos y áreas prioritarias de la megafauna marina en todo el planeta. La investigación, que fue publicada recientemente en la revista científica Science, revela un hallazgo crucial: los hábitats de las especies migratorias comprenden enormes extensiones en el mar y traspasan los límites de las áreas protegidas, por lo que estas especies se encuentran vulnerables frente a amenazas como la pesca, tráfico de barcos, la polución, entre otros.

Uno de los principales aportes del estudio es la identificación de áreas de alto tránsito para la megafauna marina, donde coinciden rutas migratorias de diferentes grupos taxonómicos.

“Al superponer las rutas de mamíferos, tortugas, aves y tiburones, pudimos identificar corredores y zonas críticas que son utilizadas intensamente por varias especies en diferentes etapas de su vida”, explica la Dra. Joanna Alfaro, una de las autoras del estudio e investigadora titular de la Universidad Científica del Sur.

Sin embargo, el hallazgo más preocupante es que solo el 7.5% del área cubierta por los datos de seguimiento se encuentra dentro de áreas marinas protegidas. “Esto significa que más del 90% del tiempo, las especies de megafauna están fuera de zonas protegidas, lo que evidencia una brecha significativa en la protección efectiva. La mayoría de las áreas protegidas actuales no coinciden con los corredores migratorios ni con las zonas de mayor uso por parte de estas especies”, advierte la investigadora, también líder del Grupo de Investigación Soluciones para la Biodiversidad.

El caso peruano

En el contexto peruano, el estudio destaca la importancia de la zona de afloramiento frente a la costa, identificada como un corredor clave para ballenas, tortugas marinas y aves migratorias.

“La corriente de Humboldt y la plataforma continental peruana son áreas de alto tránsito, especialmente para ballenas que migran desde zonas al sur del continente, como la Antártida y para tortugas que utilizan estas aguas como zonas

de alimentación y reproducción”, indica Alfaro, quien analizó el caso de Perú en esta investigación.

El análisis de los datos satelitales revela que, en Perú, la mayoría de las zonas de alto tránsito de megafauna no coincide con las áreas marinas protegidas existentes. “Menos del 10% del tiempo que estas especies pasan en aguas peruanas ocurre dentro de áreas protegidas, lo que deja a la mayoría de los individuos expuestos a amenazas fuera de cualquier resguardo legal”, advierte Alfaro.

No obstante, muchas de estas áreas de alto valor ecológico no están incluidas en las actuales áreas protegidas por el Estado:

“El estudio puede servir de guía para que los tomadores de decisiones, como los ministerios y organismos responsables, identifiquen y prioricen la protección de las zonas realmente críticas para la biodiversidad marina, especialmente en el marco de los compromisos internacionales como el objetivo 30×30, que busca proteger el 30% de los océanos para 2030”, sostiene la experta, quien también es cofundadora de la ONG ProDelphinus.

Alfaro subraya que el Perú tiene la oportunidad de convertirse en un referente regional en conservación marina si alinea sus políticas de protección con la mejor evidencia científica disponible. “El trabajo colaborativo, donde la Academia en el país tiene mucho que aportar a las políticas del Estado, y el acceso abierto a datos, como se logró en este estudio, son fundamentales para avanzar hacia una gestión adaptativa y efectiva de los recursos marinos”, señala.

¿Cómo se hizo el estudio?

El estudio reunió a más de 120 expertos de todo el planeta y analizó más de 11 millones de geoposiciones correspondientes a 15,835 ejemplares de 121 especies distintas, incluyendo tortugas, aves, mamíferos marinos y tiburones.

El punto de partida de este estudio radica en la necesidad de unir esfuerzos y datos dispersos que, hasta ahora, solo ofrecían perspectivas parciales sobre los movimientos de especies migratorias.

“Muchos investigadores teníamos proyectos puntuales sobre especies concretas, como en mi caso con tortugas marinas. Pero al unir todas estas piezas, logramos armar un rompecabezas global que nos permite entender patrones de migración y uso del espacio a una escala nunca vista”, explica Alfaro.

El trabajo fue coordinado por la Dra. Ana Sequeira, directora de investigación de la organización MegaMove y profesora asociada de la Universidad de Australia Occidental, quien contactó a científicos de distintas regiones para recopilar datos recolectados durante casi 30 años. Esta base de datos única integra información de especies que realizan parte de su ciclo de vida en un país y se alimentan o reproducen en otro, lo que plantea enormes desafíos para su protección. El trabajo tiene muchos mensajes importantes que pueden ser recogidos por los gobiernos, el sector privado, así como ONGs internacionales, mostrando que la información necesaria ya está disponible y solo se necesita de la voluntad política para implementar los planes de acción necesarios.

Limitaciones de los enfoques tradicionales y avances tecnológicos

Históricamente, la conservación marina se ha basado en observaciones visuales y registros manuales, limitados por la dificultad de estudiar especies que pasan la mayor parte de su vida bajo el agua. “La tecnología satelital nos permite obtener información en tiempo real y con gran precisión sobre la ubicación y los movimientos de estos animales. Sin embargo, el alto costo de estos dispositivos limita la cantidad de estudios y datos disponibles”, señala Alfaro.

A pesar de estas limitaciones, el estudio logró reunir información de investigaciones realizadas a lo largo de dos o tres décadas, muchas de ellas publicadas en bases de datos abiertas. La colaboración internacional y la disposición de los científicos para compartir sus datos han sido clave para el éxito del proyecto.

Amenazas y conservación de la megafauna marina

El estudio también analiza las principales amenazas que enfrenta la megafauna marina, destacando la pesca industrial, el tráfico de grandes embarcaciones y la contaminación por plásticos. “Estas actividades humanas ejercen una presión constante sobre los hábitats marinos y pueden causar desde colisiones hasta la degradación de zonas de alimentación y reproducción”, explica la experta.

Los investigadores proponen que la gestión de la conservación debe ser dinámica y adaptativa, considerando la posibilidad de establecer áreas protegidas móviles o de protección temporal en función de las rutas migratorias y las temporadas de mayor presencia de especies vulnerables. “Por ejemplo, proteger ciertas zonas solo durante la temporada de cría de ballenas, permitiendo la coexistencia con actividades económicas como la pesca en otros periodos”, sugiere Alfaro.

Investigadores:

Joanna Olga Gissella Alfaro Shigueto

Contacto de prensa:

+51 962 744 069

ycollave@cientifica.edu.pe

kramirezp@cientifica.edu.pe