Investigaciones científicas Paper

Estudio revela que seis regiones del Perú tienen 40% de niños menores de 5 años con anemia

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Imagen intervenida. (Foto: Andina)

Una nueva investigación evalúa la prevalencia de esta enfermedad aplicando las nuevas guías de la OMS e identifica variaciones importantes entre las regiones.

En el Perú, la anemia es considerada como un problema severo de salud pública, con un mayor impacto en la población infantil, pues tiene consecuencias inmediatas y a largo plazo en su desarrollo cerebral e inmunológico. La principal causa de este mal en nuestro país es el déficit de hierro.

Frente a esta situación, un grupo de investigadores en salud, integrado por Rodrigo Vargas-Fernández, epidemiólogo e investigador de la Universidad Científica del Sur, llevó a cabo un estudio donde se observó cambios significativos en la prevalencia de la anemia en las regiones, aplicando las nuevas guías de la Organización Mundial de la Salud para diagnosticar y clasificar la anemia, según el nivel de hemoglobina.

El especialista en epidemiología Rodrigo Vargas-Fernández explica que existen diversos factores que influyen directamente en la prevalencia de este mal en niños, tales como la inseguridad alimentaria, la desnutrición, y la falta de saneamiento.

Este trabajo determinó que las regiones de Ayacucho, Madre de Dios, Huánuco, Loreto, Ucayali y San Martín tienen más del 40% de niños de entre 0 a 5 años de edad con anemia. La situación en las demás regiones tampoco es positiva, ya que muchas de ellas continúan presentando porcentajes altos, como Lima, en donde residen más de 400 mil niños menores de tres años, y tiene un 20% de prevalencia de anemia.

Para Jamee Guerra, especialista en nutrición y coautor del estudio, los cambios propuestos por la OMS reflejan una «paradoja»: “Para quienes viven por encima de los 3000 metros sobre el nivel del mar (m s. n. m.), el nivel de hemoglobina considerado adecuado ha disminuido, mientras que para quienes residen a menor altitud, se ha elevado el umbral. Esto significa que a los que viven en menor altitud se les exige un nivel de hemoglobina más alto para no ser considerados anémicos”.

Las recientes guías creadas por este organismo internacional buscan ser una alternativa a los actuales criterios de medición de la prevalencia de anemia, propuestos por los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos. De acuerdo con Rodrigo Vargas-Fernández, hay que resaltar que, entre ambas mediciones, existen diferencias basadas tanto en función de los grupos etarios, como en función de la altitud.

En primer lugar, el investigador menciona que, con la última actualización de la OMS, el punto de corte para el diagnóstico de anemia en los niños de 6 a 23 meses disminuyó de 11 g/dL a 10,5 g/dL. Por otro lado, esta guía está sujeta a un nuevo estándar en base a la altitud, considerando que los ajustes por altitud para el nivel de hemoglobina deberían realizarse a partir de los 500 m s. n. m., a diferencia de la anterior guía, que los realizaba a partir de los 1000 m s. n. m.

Sobre la implementación de esta nueva guía, Vargas-Fernández señala que “tiene que realizarse estudios epidemiológicos poblacionales con seguimiento en el tiempo, para determinar el impacto de estos nuevos puntos de corte en la salud de los menores. Además, considerando la diversidad étnica del Perú, se requieren estudios para evaluar si existen diferencias étnicas en que pueden influir en la prevalencia de anemia. También, se podrían incluir mediciones de biomarcadores como la ferritina, para confirmar si el menor realmente presenta deficiencia de hierro, que es la principal causa de anemia en este grupo etario”.

Akram Hernández Vásquez, también responsable del estudio, explica que esta nueva medición va a traer un reenfoque en las actuales políticas de salud para afrontar la anemia en nuestro país, a raíz de los cambios que esta nueva guía ha reflejado en las diferentes regiones, como en Puno, que pasaría de ser el departamento con la mayor prevalencia de anemia (60%, según los criterios del CDC) a aminorar considerablemente su porcentaje (30%, según los nuevos estándares de la OMS).

¿Cómo se llevó a cabo este estudio?

Los investigadores recopilaron información de bases de datos internacionales, encargadas de hacer mediciones de hemoglobina en menores, además de registrar las diversas altitudes en las que estas se realizan. Por otro lado, recogieron las últimas encuestas nacionales de tres países andinos considerados para el estudio: Perú, Bolivia y Ecuador. En total, se analizaron encuestas en demografía y salud de 48 países alrededor del mundo, las cuales consideraban población de medianos y bajos ingresos.

Jamee Guerra explica que se puso el foco sobre los países andinos debido a que estos presentaban mayores registros de menores viviendo en altitudes por encima de los 3 mil m s. n. m. A diferencia de los registros de otros países, estos contaban con data desagregada por regiones político-administrativas, por lo que pudieron realizar una evaluación más precisa, para observar con mayor claridad la relación entre la altura y la prevalencia de anemia según los nuevos estándares.

Según Rodrigo Vargas-Fernández, es importante considerar que, para el estudio, se incluyeron países cuyos datos provienen del programa mundial de las Encuestas Demográficas y de Salud , y de las encuestas más actuales de tres países andinos. En su mayoría, se trata de países de bajos y medianos ingresos que comparten una característica común: la falta de condiciones básicas adecuadas para garantizar una alimentación e higiene apropiadas para los menores, así como la ausencia de recursos suficientes para reducir efectivamente la prevalencia de la anemia.

¿Qué impacto tendrá esta nueva guía en las políticas públicas de salud?

Para Akram Hernández, es necesario que el foco de las medidas pase a aquellos departamentos en donde la prevalencia se mantiene aún por encima del 40%, que, en su mayoría se ubican en la región selva. Vargas-Fernández indica que el Minsa debe centrarse en resolver problemáticas como la falta de servicios de salud adecuados, o incluso de disponibilidad de personal de salud, como nutricionistas, en estos lugares.

Las actuales políticas de salud del ministerio para combatir la anemia incluyen desde la implementación de suplementos nutricionales en menores, hasta la educación en temas nutricionales. Sin embargo, Vargas-Fernández resalta que estas políticas deben considerar los cambios en las prevalencias de anemia derivados de los nuevos puntos de corte y el ajuste por altitud establecidos por la OMS. Esto permitiría lograr una distribución más equitativa de los recursos en salud, priorizando las regiones que aún presentan cifras alarmantes de anemia, a pesar de los cambios implementados.

Jamee Guerra señala igualmente que, a nivel internacional, la OMS también deberá replantear sus estrategias para combatir la anemia infantil, sobre todo en países altoandinos, donde el manejo centrado en el uso de suplementos de multimicronutrientes con hierro implica altos costos, así como gastos adicionales en capacitación, almacenamiento y distribución, lo que puede limitar su efectividad en estas regiones.

Investigadores:

Juan Rodrigo Vargas Fernández

Contacto de prensa:

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ycollave@cientifica.edu.pe

kramirezp@cientifica.edu.pe