Las aves migratorias son especies que ven influenciadas por factores climáticos y antropogénicos. Según el Ministerio del Ambiente, en el Perú, de las 1901 aves registradas en nuestro país, 138 son aves migratorias. Una de ellas es el playero arenero o blanco, conocido científicamente como Calidris alba, un ave migratoria costera que puede avistarse en las playas.
Un grupo de investigadores evaluó los patrones de comportamiento del playero arenero dentro del Humedal Costero Poza La Arenilla, ubicado en La Punta, Callao, así como los niveles de marea relacionados. Así, se identificó que el comportamiento del playero arenero varía significativamente según el tipo de hábitat y la marea, sobre todo durante la marea media y en hábitat rocosos.
“En áreas rocosas, el comportamiento predominante es el descanso, especialmente durante las mareas altas. Por otro lado, en las zonas de arena más suave, la alimentación fue la actividad más frecuente, favorecida por las condiciones del sustrato y la humedad durante las mareas medias”, explica Daniel Barona, autor principal del estudio e investigador de la Universidad Científica del Sur.
“Es fundamental entender cómo y dónde se alimentan o descansan estas aves. Esto nos permite identificar las zonas críticas para su supervivencia y garantizar que estas áreas se mantengan adecuadas para ellas, especialmente ante amenazas como las actividades humanas cercanas”, añade el también biólogo.
El estudio fue publicado en la revista científica Neotropical biology and conservation.
¿Cómo se realizó el estudio?
Considerando los datos de un estudio anterior realizado en agosto y septiembre de 2019, los investigadores observaron los comportamientos de Calidris alba durante las mareas baja, media y alta en tres áreas del Humedal Costero Poza La Arenilla, ubicado en La Punta, Callao, Perú. Los investigadores analizaron las diferencias en la frecuencia y duración de esos comportamientos según el tipo de marea y el hábitat.
También se investigó si había alguna relación entre cuánto tiempo duraban y cuán frecuentes eran los comportamientos en cada hábitat y condición de marea.
Perturbación de habitats
A pesar de que el playero arenero está clasificado como una especie de «preocupación menor» en términos de conservación, el estudio subraya que su hábitat enfrenta múltiples amenazas debido a la actividad humana. Barona destacó que el humedal está rodeado de áreas urbanas, con actividades cercanas como deportes acuáticos, pesca y caminatas, que podrían alterar las condiciones necesarias para que las aves descansen y se alimenten.
“Este humedal es esencial no solo para las aves migratorias, sino también para el ecosistema completo que incluye invertebrados y otras especies. Si no protegemos estas áreas, podemos perder un espacio vital para la biodiversidad”, enfatiza Barona.
La investigación también consideró los efectos del cambio climático en estos ecosistemas. El investigador advirtió que las posibles alteraciones en los niveles del mar y las temperaturas podrían impactar tanto a las aves como a sus fuentes de alimento, así como los invertebrados del sustrato.
“Es importante comprender que las aves migratorias están de paso, por lo que debemos respetar su temporada en el lugar. De esta forma garantizamos que ese espacio se conserve y ellas puedan continuar retornando para realizar sus actividades”, añade.
¿Qué medidas de conservación se deben considerar?
El biólogo Daniel Barona sugiere las siguientes medidas de conservación para los hábitats que albergan especies migratorias:
- Regulación de actividades humanas: Limitar actividades como deportes acuáticos, pesca y caminatas en zonas críticas del humedal, especialmente durante los períodos clave de descanso y alimentación de las aves.
- Educación ambiental: Promover programas educativos en comunidades locales y visitantes para concientizar sobre la importancia de los humedales y su biodiversidad.
- Monitoreo continuo: Implementar sistemas de monitoreo que permitan registrar cambios en los patrones de comportamiento de las aves y en las condiciones ambientales, como las variaciones de marea y la calidad del agua.
- Restauración de hábitats: Identificar áreas degradadas dentro del humedal y trabajar en su recuperación mediante reforestación o la mejora de los sustratos.
Un llamado a la acción y nuevas oportunidades de investigación
Los resultados del estudio abren la puerta a futuras investigaciones. Para Barona, sería valioso estudiar la disponibilidad de alimentos en cada hábitat y cómo esto influye en los comportamientos de alimentación del playero arenero. Asimismo, su equipo ya está explorando la relación entre la densidad de población y los comportamientos agresivos entre individuos, lo que podría aportar datos importantes para la gestión de estas áreas.
“Comprender cómo estas aves interactúan con su entorno y entre ellas mismas es clave para planificar acciones de conservación más efectivas. Además, proteger estas zonas no solo beneficia al playero arenero, sino también a muchas otras especies que dependen de este ecosistema,” finaliza Barona.
En el estudio participó también el investigador Jorge Podestá.