Con la llegada del verano, muchas personas recurren a distintas estrategias para bajar de peso: desde dietas y ayunos intermitentes, hasta restricciones calóricas, medicamentos como la semaglutida (Ozempic) y la tirzepatida (Mounjaro), que ya se comercializan en el Perú, así como procedimientos como la cirugía bariátrica o el balón intragástrico.
Sin embargo, todas estas alternativas comparten un desafío común: el temido efecto rebote, es decir,la recuperación del peso perdido, que puede ser menor, igual o incluso superior al inicial.
¿Por qué sucede esto?
Los adipocitos tienen una especie de “memoria” que los impulsa a recuperar la grasa perdida, lo que explica el efecto rebote. Esta función fue clave para la supervivencia de nuestros ancestros, ya que quienes podían almacenar más energía tenían mayores probabilidades de vivir en tiempos de escasez.
Pero hoy, esa capacidad juega en contra: cuando hacemos dietas muy restrictivas, el cuerpo pierde grasa y músculo, y al dejar la dieta los adipocitos vuelven a activar su mecanismo de ahorro para almacenar energía nuevamente. Estudios epigenéticos muestran que, tras periodos de “hambre”, quedan marcas en el ADN de estas células que refuerzan esta respuesta de recuperación (memoria grasa).
¿Cómo luchar contra la memoria de la grasa?
Ninguna estrategia para reducir peso corporal debe basarse solo en ello, ya que cuando perdemos peso, perdemos grasa y músculo. Y como hemos visto, al suspender esta intervención lo primero que se recupera es la grasa.
Las dietas, las medicaciones o las intervenciones quirúrgicas ayudan a perder el peso, y si estas no se acompañan de ejercicio, sobre todo de fuerza, de la mano con una buena carga proteica. Lo que sucederá como efecto rebote es que tengamos más porcentaje de masa grasa y menor porcentaje de músculo que cuando iniciamos este proceso.
“Las dietas, las medicaciones o las intervenciones quirúrgicas ayudan a perder el peso, y si estas no se acompañan de ejercicio, sobre todo de fuerza, de la mano con una buena carga proteica. Lo que sucederá como efecto rebote es que tengamos más porcentaje de masa grasa y menor porcentaje de músculo que cuando iniciamos este proceso” afirma Percy Mayta, vicerrector de investigación de la Científica.