Ciudades tan grandes como Lima cuentan con ecosistemas que son fundamentales para la vida silvestre y también aportan al bienestar de sus habitantes. Entre ellos, están las lomas costeras, como las de Amancaes o de Lachay. También encontramos un corredor de lagos y humedales costeros, donde se hallan Los Pantanos de Villa.
Estas zonas desempeñan una serie de funciones importantes en el ecosistema y en la sociedad, como la mitigación del cambio climático, la filtración de contaminantes y nutrientes, son hábitat de fauna y flora, y también sirven para la recreación y el turismo.
Estos ecosistemas son importantes porque extraen y almacenan carbono de la atmósfera a través de procesos como la fotosíntesis. Lo mismo ocurre en los bosques de la Amazonía y en el océano.
La Universidad Científica del Sur (UCSUR) ha estudiados estos ecosistemas en diversas oportunidades. Por ejemplo, un reciente estudio determinó que las Lomas de Amancaes almacenan 6 mil toneladas de carbono, lo que revela su rol en la mitigación de los efectos del cambio climático.
Para estimar la cantidad de carbono almacenada en la zona, los investigadores tomaron muestras de suelo y de las plantas. “Luego se hicieron análisis químicos que permitieron saber el porcentaje de carbono en las muestras y posteriormente se hicieron cálculos y estimaciones de toda el área evaluada, a través de un software”, detalla Héctor Aponte, investigador asociado de la UCSUR.
Esta estimación, conocida como ‘stock’ de carbono, es una de las primeras que se realizan en lomas costeras del país y del mundo.
Otra investigación realizada en el Refugio de Vida Silvestre los Pantanos de Villa, también en Lima, determinó que este espacio almacena 80 mil toneladas de carbono, un aproximado de 12 mil piscinas olímpicas llenas de este gas de efecto invernadero.
Los investigadores tomaron muestras de suelo y de las plantas, para luego calcular la cantidad de carbono almacenado en cada zona. Luego, se realizaron estimaciones de la biomasa en la totalidad del área
“Para estimar el carbono primero se hicieron parcelas, que fueron colocadas en las formaciones vegetales más importante del área protegida. Una vez que fueron adecuadamente distribuidas y se comprobó su representatividad, se estimó la biomasa de plantas que se encontraba almacenada allí, tanto sobre el suelo como en la materia orgánica que se encuentra bajo el suelo. Así se hizo un cálculo del carbono almacenado en Los Pantanos de Villa”, detalla Aponte.
Además, los investigadores cuantificaron el valor económico del servicio ecosistémico de Los Pantanos de Villa; es decir, se monetizó el beneficio que brinda a la sociedad este ecosistema en particular. Los autores estiman su valor en entre 220 mil y más de 4 millones de dólares americanos.
Los investigadores consideran que estudiar científicamente estos espacios naturales brindará información que permitirá mejorar su gestión y elaborar planes para protegerlos. Estos ecosistemas están amenazados por actividades humanas como la urbanización, la agricultura y la extracción de recursos naturales, lo que pone en peligro su integridad y su capacidad para proporcionar servicios ecosistémicos valiosos.