Investigaciones científicas

Hallan microplásticos en los Pantanos de Villa: ¿por qué es peligroso para las aves que allí viven?

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Pantanos de Villa. (Foto: Prohvilla)
Pantanos de Villa. (Foto: Prohvilla)

La investigación apunta como principal fuente de contaminación en este ecosistema a las actividades urbanas e industriales.

Investigadores de la Universidad Científica del Sur detectaron la presencia de microplásticos en el agua y sedimento del Refugio de Vida Silvestre los Pantanos de Villa, considerado un Área Natural Protegida que cuenta con la categoría de sitio RAMSAR (Convención sobre los Humedales). Esta categoría se otorga a los humedales que son de importancia internacional para el equilibrio medioambiental.

Según el Ministerio del Ambiente, los microplásticos son partículas de tamaño menor a 5 milímetros que en algunos casos no se distinguen a simple vista. Su origen es la degradación de residuos plásticos que incluso atraviesan las membranas celulares. Tienen efectos tóxicos a nivel físico, químico y microbiológico en seres humanos, animales y ecosistemas completos.

“La ingesta de microplásticos en peces puede causar problemas a nivel branquial y afectar su respiración. En el caso de las aves, el consumo directo o indirecto de microplásticos puede generar problemas en el aparato digestivo, en el torrente sanguíneo, e incluso puede perjudicar la reproducción de las especies”, explica José Iannacone, investigador asociado al grupo “Coastal Ecosystems of Peru Research Group” de la Universidad Científica del Sur (UCSUR) y autor del estudio publicado en el Boletín de Investigaciones Marinas y Costeras de Colombia.

El daño de los microplásticos se manifiesta en cualquier punto de la cadena trófica. “En los consumidores primarios los microplásticos generan falsa sensación de saciedad y llevan a la muerte del individuo por inanición. En los secundarios, los microplásticos se bioacumulan y tienen el mismo desenlace”, detalla Ángel Losno-Prado, investigador asociado al grupo “Coastal Ecosystems of Peru Research Group” de la Universidad Científica del Sur y autor principal del estudio.

De acuerdo con la investigación, los microplásticos más abundantes encontrados fueron los de color blanco, azul y celeste/turquesa. Estos colores de microplásticos significan una amenaza para la biota acuática de los humedales, debido a que guardan semejanza con los colores de los alimentos de algunas especies que habitan el ecosistema.

Los investigadores establecieron 16 puntos en la Laguna Mayor de los Pantanos de Villa y tomaron una muestra de agua y una de sedimento en cada uno. Luego, calcularon la cantidad de microplásticos en cada toma y describieron su color, forma y tamaño.

“Para fijar los puntos representativos en la Laguna Mayor se tomó en cuenta la presencia o ausencia de vegetación, y la acción del viento sobre la zona, entre otros. Una vez fijados se utilizaron equipos y herramientas estandarizadas para la recolección de micropartículas en el ambiente, en este caso, microplásticos”, indica Iannacone.

¿Cuáles son las principales fuentes de los microplásticos encontrados en los Pantanos de Villa?

La investigación apunta como principal fuente de contaminación en este ecosistema a las actividades urbanas e industriales del hombre en las áreas colindantes a los Pantanos de Villa. Las personas en los alrededores generan acumulación de basura, desmonte y otros materiales ligeros, que luego son arrastrados por el viento hasta los bordes de las lagunas.

“La actividad antrópica cerca a los humedales es amplia, hay tránsito de vehículos, fábricas, depósitos, etc. Además, dentro de los mismos humedales se realizan actividades turísticas y de conexión con la naturaleza. Es por ello que urge una regulación y concientización sobre el impacto humano directo e indirecto sobre esta área protegida”, precisa Iannacone.

Los investigadores destacan la importancia de este sitio para el equilibrio medioambiental, ya que los Pantanos de Villa almacenan toneladas de carbono y es el lugar de llegada de miles de aves migratorias cada año.

“Se necesita incluir en la normativa de manera puntual la regulación de los microplásticos en áreas naturales protegidas. En el Perú, hay leyes que regulan los plásticos, pero es importante que se hagan monitoreos en zonas que aparentemente están libres de residuos macros y en las que posiblemente el plástico ya no es visible a simple vista”, puntualiza Iannacone.

“Cada vez hay más estudios sobre microplásticos que pueden guiar a las autoridades a tomar medidas para la conservación de diversos ecosistemas, entre ellas, la concientización sobre el daño ecológico de estos microplásticos a los humedales”, añade.

Asimismo, Losno-Prado resalta la necesidad de “promover prácticas de gestión de residuos más sostenibles y elaborar Estándares de Calidad Ambiental (ECAs) para microplásticos en suelos, agua y aire”.

Investigadores:

José Iannacone

Ángel Losno Prado

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