El estudio fue realizado en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza en pacientes atendidos entre 2014 y 2018.
Solo en el año 2022 se registraron más de 9 500 nuevos casos de VIH en el Perú, según el Ministerio de Salud (Minsa). Este virus ataca el sistema inmunológico del paciente y causa anualmente en el mundo alrededor de 630 000 muertes. Actualmente, no tiene cura, pero se han desarrollado tratamientos que logran mantener la infección bajo control, con lo cual las personas puedan llevar una vida saludable.
Una nueva investigación realizada en el Perú encontró que el 28% de los pacientes venezolanos en tratamiento antirretroviral para el VIH tuvieron falla terapéutica, que se da cuando hay falla virológica, inmunológica y clínica.
La primera de ellas sucede cuando los niveles del virus en la sangre no se pudieron suprimir hasta ser indetectables o que, habiendo sido indetectables, ahora sí se pueden detectar en la sangre, en dos mediciones con un intervalo de cuatro semanas entre ellas.
La segunda se presenta cuando el conteo de CD4, linfocito encargado de combatir infecciones, cae a menos de 50 células por m3 o si su nivel se redujo en un 50%. Por último, el tercer tipo de falla se identifica cuando el paciente desarrolla un nuevo evento que indica inmunodeficiencia después de seis meses, como una infección oportunista.
Además, los científicos identificaron que el periodo de interrupción del tratamiento tenía relación directa con el riesgo a presentar falla terapéutica.
Este estudio fue realizado en el Hospital Nacional Arzobispo Loayza en pacientes atendidos entre 2014 y 2018. La muestra total fue de 294 inmigrantes venezolanos inscritos en el programa de VIH de dicho hospital.
Los pacientes que descontinuaron el tratamiento por 6 meses o más, tenían dos veces más riesgo de falla terapéutica que los pacientes que interrumpieron su tratamiento por menos de 6 meses. Asimismo, parar el tratamiento por más de 6 meses incrementó el riesgo de falla virológica.
¿Cuál es el riesgo de interrumpir el tratamiento?
Cuando el paciente abandona el tratamiento, el efecto antirretroviral disminuye y provoca una supresión insuficiente de la replicación viral. Es decir, ya no se reduce la carga viral y el paciente puede transmitir el VIH a otras personas.
Además, si el tratamiento se deja de lado y ocurre un fracaso terapéutico, el paciente podría desarrollar resistencia a los fármacos de la terapia antirretroviral y posteriormente el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA).
¿Por qué los pacientes interrumpieron su tratamiento?
La infección por VIH es un problema de salud pública a nivel mundial, especialmente en países de bajos y medianos recursos. Por ello, el control de las infecciones debería ser una prioridad en las agendas sanitarias.
De acuerdo con el estudio, en el caso peruano, la llegada de población venezolana ha sido superior a la de algunos países de América Latina, y el impacto de dicho grupo en el sistema de salud ha sido mayor. Por esta razón, la planificación y las decisiones en materia de salud pública deben considerar y comprender las necesidades sanitarias de la población migrante.
“Con los avances en tratamiento antirretroviral, ninguna persona con VIH debería morir. Sin embargo, las poblaciones más vulnerables en la región, entre ellas los migrantes venezolanos, tienen problemas en el acceso al tratamiento”, detalla Rodríguez-Morales.
¿Cómo podrían las autoridades cambiar esta situación?
Rodríguez afirma que es clave realizar más estudios en otros hospitales del país y de la región que atienden a personas que viven con VIH, entre estas a migrantes venezolanos, ya que se tiene muy poco conocimiento de esta situación. Además, resalta la importancia de tipificar los casos de VIH en migrantes para tomar decisiones efectivas en el contexto peruano.
“Se debe facilitar el diagnóstico del VIH en estas poblaciones, así como eliminar toda posible barrera de acceso a tratamiento eficaz y oportuno. Asimismo, se necesita un mejor registro de estas poblaciones y de los factores asociados a la enfermedad. Para que finalmente se desarrollen políticas específicas para el manejo de migrantes que viven con VIH», finaliza Rodríguez-Morales.
Esta investigación se basa en una tesis presentada en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) por Kirbeliz E. Rebolledo-Ponietsky, una de las autoras de este estudio. También participaron Ali Al-kassab-Córdova, del Centro de Excelencia en Investigaciones Económicas y Sociales en Salud de la Universidad San Ignacio de Loyola; Aldo Lucchetti-Rodríguez, de la UPC y de Hospital Nacional Arzobispo Loayza; Baltica Cabieses, de la Universidad del Desarrollo, Chile; y Edward Mezones-Holguín, de la Facultad de Ciencias de la Salud de la UPC.
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