Los sumideros de carbono son sistemas naturales o artificiales que capturan y almacenan el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera, contribuyendo así a reducir el efecto invernadero y el cambio climático. Entre los principales ejemplos se encuentran los océanos, los bosques y los suelos. Existen diversas estrategias que pueden aumentar la capacidad de estos sumideros de carbono, como añadir biochar en áreas verdes y cultivar macroalgas en el mar.
El biochar es un producto obtenido de la pirólisis de residuos orgánicos, que consiste en la descomposición térmica de la materia en ausencia de oxígeno. Tiene múltiples beneficios potenciales para el suelo y el medio ambiente, como mejorar sus propiedades físicas, químicas y biológicas, aumentar su fertilidad y productividad, y secuestrar carbono atmosférico. Así, al incorporar el biochar al suelo, se fija el carbono y se evita que se libere CO2, creando un sumidero de carbono que puede durar más de 100 años. Además, puede mejorar la capacidad de retención de agua y nutrientes del suelo, reducir la erosión y la salinización, favorecer el desarrollo de microorganismos benéficos y estimular el crecimiento de las plantas.
Las macroalgas son algas marinas de gran tamaño que forman bosques sumergidos en las zonas costeras. Estos bosques son ecosistemas muy biodiversos y productivos, que realizan una importante función fotosintética y son responsables de hasta el 50% del CO2 atmosférico capturado alrededor del mundo. Las macroalgas también liberan oxígeno al agua y al aire, proporcionan hábitat y alimento para muchas especies marinas, y protegen la costa de la erosión. Cultivar macroalgas en el mar puede ser una forma de restaurar estos ecosistemas amenazados por la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación, y de aumentar su potencial como sumideros de carbono.
En conclusión, tener sumideros de carbono aplicando biochar en áreas verdes y cultivando macroalgas en el mar es una forma de contribuir a la mitigación del cambio climático, al tiempo que se generan beneficios económicos y sociales para los agricultores y las comunidades costeras. Por ello, la Universidad Científica del Sur reafirma su compromiso aplicando estas estrategias en sus campus de Lima y Pisco para contribuir a la reducción de GEI (gases efecto invernadero) en la búsqueda del NetZero.
